Aunque en post anteriores hemos tratado este problema tan frecuente, tanto en jóvenes como adultos; hoy nos vamos en a centrar en los diferentes tratamientos disponibles.
El tratamiento del acné tiene dos pilares fundamentales: el tópico, es decir, los tratamientos a base de cremas, geles o soluciones; y el tratamiento oral, que incluye antibióticos e isotretinoína. El dermatólogo, dependiendo del grado de acné, os recomendará uno u otro. Es frecuente comenzar con un tipo de tratamiento, y si no hay respuesta adecuada o se producen recaídas, cambiar de tratamiento.
Como yo les digo a todos mis pacientes en la consulta, 'todos los tratamientos tienen posibles efectos secundarios'. Es importante una buena comunicación entre médico y paciente, y, por supuesto, que exista confianza y preguntéis vuestras dudas. Todo esto viene a colación, porque en el foro se planteaban ciertos miedos de una paciente respecto a la isotretinoína oral...
El tratamiento tópico del acné abarca los antibióticos como la eritromicina y la clindamicina, solos o asociados al peróxido de benzoilo. También se utilizan los retinoides tópicos que son derivados de la vitamina A, e incluyen el ácido retinoico, el adapaleno, el tazaroteno y la isotretinoína. Los retinoides son muy eficaces en el acné, tanto mixto como comedoniano o microquístico (para entendernos, el de puntos negros y/o pequeños quistecitos) pero su efecto irritativo, sobre todo al principio, desanima a algunos pacientes a continuar utilizándolos. Actualmente existen fórmulas menos irritantes, así como asociaciones con antibióticos en el mismo producto. Recordad que con los tratamientos tópicos, hay que ser constante y esperar un tiempo, 4 a 6 semanas, para ver resultados. Y por supuesto, no olividéis aplicarlos sobre la piel correctamente limpia.
En cuanto a los tratamientos orales, se suele empezar con antibióticos orales como la doxiciclina o la minociclina, que actúan como antiinflamatorios y deben mantenerse meses: de 2 a 6, dependiendo del paciente y el grado de acné. La media suele ser de tres meses, y al igual que con los tratamientos tópicos, los resultados comienzan a verse a partir del mes. Debéis seguir siempre las indicaciones de vuestro dermatólogo, respecto a la pauta de dosificación (número de tomas al día y dosis) y administración (con o sin alimentos); e informarle de otras enfermedades y/o medicamentos que toméis.
Respecto a la isotretinoína, señalar que es el tratamiento con resultados más definitivos en el acné. Además está especialmente indicado en acnés con tendencia a cicatrices. Requiere controles analíticos periódicos, y en las mujeres debido al riesgo de teratogenicidad o malformaciones fetales, es necesario el uso de doble método anticonceptivo para evitar embarazos. Cuando se toman antibióticos para el acné como la doxiciclina o la minociclina, también debe evitarse el embarazo y se deben tener en cuenta las posibles interacciones del antibiótico con el anticonceptivo oral.
La duración del tratamiento con isotretinoína se establece en función de la dosis total por kilo de peso, y debe ser siempre recetado por un dermatólogo. Como ya os comenté tanto los peelings como el láser de depilación deben retrasarse 6 meses y en el caso de láseres más abrasivos se debe esperar 12 meses. También hay que avisar si os váis a someter a una cirugía por láser de la miopía, o si ya os habéis sometido, para valorar los tiempos antes de iniciar tratamiento ya que la isotretinoína retrasa la cicatrización.
Por último, quizás lo más novedoso en el tratamiento del acné sería la terapia fotodinámica y los láseres u otras fuentes de luz, que ya desarrollaremos en otro post.
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