Los principios activos de complementos y plantas refuerzan la acción digestiva y depurativa de los alimentos
Épocas del año como la Navidad ponen a prueba la fuerza de voluntad con la comida y la capacidad para dejar de comer a tiempo antes de que la indigestión haga acto de presencia. Pero poner límites a las tentaciones constantes resulta todavía más complicado para quienes siguen alguna terapia dietética. Por ejemplo, comer en Navidad cuando se padece diabetes es complicado porque los postres dulces tienen una presencia universal en las mesas. Igualmente, adecuar el menú festivo para quienes tienen dislipemia (colesterol alto o triglicéridos elevados) también tiene sus obstáculos. En realidad, la dificultad para adaptar las recetas a formas más ligeras de cocinar no es el problema, sino más bien la costumbre de comer alimentos desaconsejados en dichas patologías.
El cordero, el marisco o las salsas abundantes, así como los embutidos y los quesos del aguinaldo son demasiadas tentaciones a la vez y a las que cuesta poner freno. El estómago suele ser uno de los grandes perjudicados. Necesita varios días para reponerse de los excesos. Tanta cantidad y variedad de comida se refleja de forma instantánea en la molesta sensación de vientre hinchado provocada por las digestiones interminables (demasiada grasa) y las fermentaciones intestinales (demasiados azúcares).
Aunque los días festivos son para celebrarlos, y los menús se convierten en el centro de atención, se pueden adoptar hábitos fáciles para tratar de compensar los excesos venideros. La propuesta para estas dos semanas de fiestas navideñas va en dos direcciones. Por una parte, incluir dentro del menú especial aquellos alimentos que, por su particular composición química, van a ayudar en los procesos digestivos y depurativos. Por otra, incluir complementos dietéticos (comprimidos o infusiones) antes o después de las comidas para que, con sus principios activos, refuercen las acciones saludables de los alimentos como son una buena digestión y más depuración.
Especias para aliviar el estómago
— Algunas especias y plantas mejoran la digestión, eliminan los gases y favorecen la acción de los jugos del estómago —
Cocinar con especias es un truco aprendido por nuestros antepasados no sólo para cambiar el sabor de los alimentos, sino como respuesta a hechos evidentes. Ciertas especias y plantas mejoran la digestión, eliminan los gases y favorecen la acción de los jugos del estómago. El hinojo, el laurel, el orégano o el tomillo, en su justa medida y en los platos más contundentes del menú, servirán para hacerlos más digestivos. Asimismo, sería muy útil también escoger recetas que llevaran hortalizas reconocidas por sus propiedades eupépticas como escarola, endibia, alcachofa o cardo.
Las infusiones desempeñan también su labor proporcionando bienestar. Sin embargo, no siempre se toman las plantas más indicadas y de la mejor manera. Algunas son más específicas que otras para según el tipo de dolencia. De la misma manera, unas resultan más efectivas si se toman antes de comer y otras si se comen durante el postre. Por ejemplo, la menta piperita tomada antes de comer favorece la secreción de jugos gástricos y prepara al estómago para el complejo proceso digestivo. Por el contrario, las propiedades medicinales de la melisa y de la manzanilla son más evidentes si se toman después de una comida, ya que resultan digestivas por su efecto relajante de la musculatura. El anís verde o las semillas de hinojo favorecen la eliminación de los aires, y su efecto es igual de positivo, indistintamente, antes o después de comer.
El regaliz tiene un importante efecto antiulceroso. Las plantas amargas como el boldo o la alcachofa estimulan las secreciones digestivas, en particular las del hígado y la vesícula, por lo que ayudan a digerir las grasas y a depurar el organismo. Sus resultados son más visibles si se toman después de una comida copiosa.
La piña fresca de temporada como postre es la elección más saludable si el menú ha sido contundente en proteínas (marisco, fritos, carnes y pescados), algo relativamente habitual por estas fechas. Asimismo, tomar uno o dos yogures bífidus al día también es un buen refuerzo para el sistema digestivo.
La forma de elaboración de las infusiones también influye en sus efectos. Por ejemplo, se aconseja tomar calientes plantas como el anís, el hinojo, la menta o la manzanilla, ya que parte de sus propiedades se deben a los aceites esenciales que concentran y que se evaporan si la infusión se enfría.
— Los excesos durante estos días dificultan el trabajo de depuración de la sangre que desempeña el hígado —
Limpiar la sangre
La alimentación influye en la circulación de la sangre, haciéndola más o menos fluida y aliviando los síntomas derivados de una mala circulación (pesadez de cabeza, piernas hinchadas o ronchas rojas en la piel). Los excesos de alcohol, grasas, proteínas y azúcares durante estos días dificultan el trabajo de depuración de la sangre que desempeña el hígado.
La recomendación de llenar la despensa de alimentos diuréticos y concentrados en antioxidantes para depurar el organismo es un consejo válido para todas las personas, y en particular para quienes tienen trastornos circulatorios y son fumadores. Comenzar cada día tomando un zumo de pomelo, limón o zanahoria con naranja es un buen recurso antioxidante.
Dos vasos de infusión diurética a lo largo del día es también una ayuda inestimable para eliminar líquidos y evitar así la hinchazón. Además, al beber más líquidos, las deposiciones son más consistentes y se eliminan sin tanto esfuerzo. Los efectos de plantas diuréticas como el diente de león, la cola de caballo, el ortosifón o la pilosela son suaves pero efectivos si se toman cuando se tiene la sensación puntual de retención de líquidos.
No es aconsejable ni prudente recurrir a las plantas laxantes (sen, frángula, cáscara sagrada o ruibarbo) sin asesoramiento ya que, aunque resuelven un estreñimiento pasajero, pueden provocar desequilibrio de líquidos y electrolitos. Por su poder laxativo puede ser útil y suficiente tomar a diario, al levantarse o al acostarse, un yogur bífidus mezclado con salvado de trigo.
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