El sol es beneficioso para la síntesis de la vitamina D, pero tomado sin control, produce muchos problemas en la piel como el envejecimiento o el cáncer. Es imprescindible protegernos adecuadamente, aunque para combatirlo con propiedad, antes es mejor conocer a nuestro enemigo.
Espero que esto no resulte una clase magistral, pero creo que la mejor manera de enfocar el tema del sol es respondiendo a las preguntas más comunes que recibo en la consulta y que son:
¿Cuál es el espectro de la luz solar? Es la radiación ultravioleta, la luz visible y los infrarrojos.
¿Qué cantidad de luz solar nos alcanza realmente? Tras pasar por la atmósfera, sólo dos tercios aproximadamente alcanzan la superficie de la tierra.
¿Qué proporción de luz solar es radiación ultravioleta? Sólo un 5% es UV, que se divide a su vez en ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC).
¿Cuál de estas tres fracciones es mayoritaria? La radiación UVA A es la que ocupa el primer puesto (95-98%), seguida de la ultravioleta B (2-5%). En cambio, los rayos UVC se supone que son absorbidos completamente por el ozono de la estratosfera y no nos alcanzan.
Por tanto, la radiación UVA del sol alcanza nuestra piel en mayor cantidad y profundidad que la UVB. Aunque los UVB están más relacionados con la aparición de quemaduras y cataratas, los UVA de forma continuada, envejecen la piel, mientras que ambos conjuntamente producen alteraciones en la inmunidad a corto y largo plazo, provocando finalmente la aparición de cáncer de piel.
Pero la cantidad y composición de la radiación ultravioleta depende de otros muchos factores: la hora del día, la estación del año, la latitud, la cantidad de ozono estratosférico; así como de la polución, las nubes y la altitud. ¿Complejo, no?
Es muy necesario saberlo porque ¿cuál es la consecuencia para todos nosotros? Debemos protegernos del sol todo el año porque se ha comprobado científicamente que la radiación ultravioleta nos perjudica a diario, no sólo en verano, debido a que los UVA están presentes todos los días y atraviesan las nubes, los cristales de los coches y las casas…
No pretendo ser alarmista, pero con este mensaje quiero dejaros claro que los rayos UVA están prohibidos porque ¡son todavía más peligrosos que el propio sol!
Aunque también influye el factor individual. No todos reaccionamos de la misma manera al sol. ¿Y cómo determinarlo? En dermatología, la sensibilidad al sol se evalúa con los fototipos de piel descritos por el Dr. Fitzpatrick, dermatólogo recientemente fallecido y con quien tuve el honor de trabajar durante mi estancia en el Massachussetts General Hospital (Harvard Medical School, Boston).
Estos fototipos miden nuestra estimación personal sobre la capacidad de bronceado y/o de quemadura solar y son:
Fototipo I: la piel que nunca se broncea y se quema fácilmente con exposiciones de 30 minutos.
Fototipo II: la que se broncea con dificultad y se quema fácilmente.
Fototipo III: se broncea con el tiempo y alguna vez se quema.
Fototipo IV: se broncea siempre y nunca se quema.
Fototipo V: pigmentación constitucional moderada.
Fototipo VI: pigmentación constitucional intensa (piel negra).
Para identificar el fototipo hay que preguntarse: ¿Mi piel se pone morena con facilidad? Las personas con fototipo I y II dirán inmediatamente 'no' y las personas con fototipo III y IV contestarán que sí. ¿Con cuál os identificáis?
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