Mantenga las manos limpias y evite tocarse las zonas con acné porque así previene el llamado “acné mecánico”, que se transmite por contacto. Los teléfonos públicos, las bufandas, hasta los anteojos de sol pueden transmitir la bacteria del acné de una persona a otra.
Use productos especialmente formulados para personas proclives al acné (están rotulados como “no comedogénicos”).
Mantenga el pelo limpio. Aunque no lo crea, muchas veces es esta
grasitud la responsable de espinillas en la frente, espalda y hombros.
Jamás caiga en la tentación de reventar puntos negros y espinillas. Sólo conseguirá esparcir la bacteria e infectar otras áreas.
Sométase a limpiezas de cutis periódicas. Los casos más agudos necesitan limpiezas semanales.
Busque cosméticos adecuados: Bases, rubores y sombras en polvo libres de aceites.
Lleve un registro del ciclo menstrual para conocer la respuesta de su piel a los cambios hormonales.
Si bien la dieta no influye directamente en el acné, una alimentación
sana ayuda al bienestar general y a disminuir el estrés. Algunos
especialistas recomiendan disminuir la ingesta de alimentos cálidos,
aliños, café y otros estimulantes, incluido el alcohol. La leche y sus
derivados, en especial el queso, también estarían contraindicados.
Beber 7 a 8 vasos de agua es la mejor forma de eliminar toxinas naturalmente. Duerma 7 horas como mínimo.
Ojo, que los residuos de detergentes de ropa pueden irritar las pieles sensibles y exacerbar el acné.
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