CONSEJO DE DIETAS SANA
En algún momento de nuestras vidas es probable que hayamos pasado hambre tratando de adelgazar. Y es probable que haya funcionado, pero luego, cuando volvemos a comer, recuperamos rápidamente los kilos bajados.
Pero hay algo que debe ser tenido en cuenta cuando se realiza este tipo de dietas: pueden ser peligrosas para la salud.
1. El cuerpo mantiene la grasa. Cuando llega el final del día y se han agotado todas las calorías, comienzan a quemarse los depósitos de grasa, ya que estos son una reserva natural de calorías que el cuerpo genera para tener reservas en casos de períodos de hambruna. Es una programación genética que todos tenemos. Entonces, cuando finalmente decides comer, casi todo lo que ingieres se almacena como grasa, ya que el organismo cree que estás entrando en una época de hambruna.
2. El cuerpo se come los músculos. Mientras el cuerpo trata de mantener las reservas de grasa, empieza a comerse los músculos, pues éstos, para el metabolismo son menos importantes que la grasa. Así que mientras adelgazas, es probable que estés perdiendo más masa muscular que grasa.
3. Los hábitos alimenticios vuelven. A menos que te conviertas en anoréxica, lo que sería realmente terrible, se tiende a volver a los antiguos hábitos alimenticios luego de haber pasado hambre. Cuando vuelves a comer con normalidad, todas las calorías que consumirás, volverán a acumularse en grasa, ya que el cuerpo creerá que volverá a pasar hambre. Por lo tanto, en definitiva, sólo habrás perdido masa muscular. El cuerpo es maravilloso, y solamente has logrado crear un monstruo debajo de la piel.
4. Te sentirás fatigada. La energía o sea las calorías comenzarán a escasear en tu sistema, por lo tanto te sentirás cada vez más agotada. La falta de nutrientes se comenzará a sentir después de sólo unos días de pasar hambre.
5. Siempre tendrás hambre. Sentirás hambre todo el día, lo que te hará estar muy irritable. Escoge una dieta que te permita comer, no pasar hambre, y que te haga quemar la grasa de manera más natural.
6. Puedes enfermarte. Pasar hambre no sólo comerá tus músculos, sino también te debilitará otros órganos. Tus huesos se pueden tornar más débiles y quebradizos, tu sistema inmunológico puede verse afectado, y tu libido seguramente también bajará y mucho.
7. Puedes dañar tu metabolismo. Muchas personas no entienden que las dietas de hambre tienen a largo plazo efectos muy negativos. El metabolismo se hará más lento, por lo que cuando vuelvas a comer lo habitual, acumularás más grasa de lo normal, y cuando ya tu metabolismo vuelva a la normalidad, habrás recuperado todos los kilos perdidos y más.
8. Volverás a tener el mismo peso de antes o más. Ya que no se puede soportar el hambre por largos períodos de tiempo, finalmente volverás a comer, y ganarás el peso perdido por lo que te explicábamos antes, pero esta vez, será todo grasa, no músculo.
Tu mejor apuesta sería la de comer porciones más pequeñas y de ingerir muchas frutas y verduras, así como proteínas magras e hidratos de carbono complejos. Pasar hambre puede darte resultados inmediatos, pero a largo plazo, son más los daños que los beneficios. Elige una dieta sana.
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