viernes, 21 de marzo de 2008

Dieta Hipocalórica

Las dietas hipocalóricas, ideales para controlar el peso o perder esos kilos de más con moderación, dan prioridad a los alimentos naturales poco elaborados. Aunque frutas y verduras son sus alimentos por excelencia, el resto de los nutrientes también entran en juego, aunque reducidos a cantidades mínimas.

Basadas en el control y la limitación de las calorías consumidas, las dietas hipocalóricas han sido empleadas desde siempre para perder peso de una forma saludable. Las componen alimentos que aportan una buena nutrición y escasas calorías, donde lo importantes es ingerirlos en la proporción adecuada y la cantidad necesaria. Su éxito depende de la variedad de los ingredientes que conforman sus platos.

Reducir equilibradamente
Frente a la creencia de que los regímenes de adelgazamiento deben retirar el saludo a determinados nutrientes, grasas, azúcares, aceites…, la dieta baja en calorías los invita a formar parte de su mesa sin excepciones, aunque en cantidades mínimas. Lo recomendable es que se realice bajo la supervisión de un especialista.

Aunque su gran baza es el escaso aporte de calorías, éstas nunca deben ser insuficientes o incompletas. Reducir el consumo de las viandas energéticas sin el asesoramiento de un experto puede acarrear desequilibrios y carencias que a largo plazo podrían arruinar la salud de la persona que se somete a sus supuestos beneficios.

Adelgazar o mantenerse
Las dietas bajas en calorías están especialmente indicadas ante situaciones de obesidad y sobrepeso, siempre que su puesta en marcha y su seguimiento sea controlado por un especialista. También vienen como anillo al dedo para personas que están cogiendo peso y no quieren renunciar a su figura. La alarma salta porque se sienten pesadas, les duelen las piernas, se encuentran poco ágiles o les cuesta subir las escaleras…

Para poner freno a estos desagradables síntomas, auténticos embajadores de los kilos de más, esta clase de regímenes permiten perder peso de una forma moderada con sólo seguirlos al pie de la letra durante un corto período de tiempo. Además de tratar la obesidad, las dietas hipocalóricas se emplean con éxito en el campo de la medicina como tratamiento complementario frente a la diabetes, la hipertensión, la artrosis…

Báscula a raya
Los alimentos se encargan de ese suministro energético y si al hecho de seleccionar aquellos menos calóricos se suma la práctica de algún ejercicio, se reflejará de inmediato en la báscula.

Por eso se recomienda acompañar la reducción del aporte calórico de una actividad física. Practicar ejercicio de una manera moderada y como complemento de un régimen hipocalórico también ayuda a perder peso. Además, mejora el tono muscular y hace que los efectos negativos de esa pérdida no se dejen sentir sobre la estética y el aspecto físico.


ALIMENTOS NATURALES Y EJERCICIO

Frutas y verduras
Son los manjares hipocalóricos por excelencia, y el plato fuerte de este tipo de regímenes. En España, la dieta mediterránea lo pone en bandeja de plata.

Preparación
La forma de preparar los alimentos también desempeña un papel crucial. Hay que apostar por viandas naturales y frescas, poco elaboradas y poco condimentadas, lo mejor es la cocina al vapor. Además, conviene que se tomen en pequeñas proporciones y que sean lo más variadas posibles en su composición.

Alimentos prohibidos
Los guisos y las salsas están absolutamente desterrados de sus recetas. El organismo precisa determinadas dosis de energía para mantener a buen ritmo su frenética actividad y su complejo metabolismo.

TRES DIETAS HIPOCALÓRICAS

Dieta de las 1500 calorías.
Aunque un adulto precisa 2500-3000 calorías al día, su objetivo es quemar las reservas de grasas y ajustar la ingesta de calorías al consumo de calorías. Contiene todos los nutrientes básicos y la fibra suficiente. Sus alimentos básicos son pan, espinacas, manzana, pescado y leche. Puede durar entre 1 y 4 meses. En el primer mes pueden perderse hasta 5 kilos, pero a partir del segundo se adelgaza más lentamente. Garantiza el mantenimiento del peso si luego se cuida la alimentación.

La sopa mágica.
Su base es una sopa especial de verduras que se toma a granel cada vez que el hambre acecha. Pasados unos días se alterna con otros alimentos ricos en proteínas y grasas animales. Sus alimentos básicos son pimiento, cebolla, tomate, repollo y plátano. Favorece una depuración ligera, aunque su valor calórico está por debajo del mínimo vital (700 calorías). Por eso no debe prolongarse más allá de una semana, período en el que se puede perder hasta seis kilos.

Dieta asociada.
Contiene casi todos los alimentos, incluidos grasas y azúcar, aunque en dosis mínimas. Se basa en el control calórico y la ingesta abundante de glúcidos (cereales, harina, frutas, legumbres, arroz y pan). Sus alimentos básicos son arroz, carne, yogur, pan y agua. Se estima su duración en un mínimo de un mes y un máximo de seis. la pérdida de peso se produce con mucha lentitud (de 3 a 4 kilos al mes), pero si se toma por norma, permite mantener el peso durante largo tiempo.

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